¿Echas balones fuera o todo es tu culpa?

El por qué tiendes a una u otra opción se debe a una variable psicológica llamada locus de control. Te lo explicaré un poco mejor.

Las personas tendemos a evaluar todo lo que nos ocurre, continuamente nos preguntamos el porqué de las cosas. ¿Por qué he ganado la carrera?, ¿por qué fallé ese disparo?, ¿por qué no me ha salido bien como la vez anterior? Y según los porqués que nos demos, sentimos diferente y por tanto, actuamos de forma diferente. Es la diferencia entre tener un locus de control interno (todo depende de mí) o externo (no depende de mí).

Aquellas personas con un locus de control interno, tienden a pensar que ellos son los responsables de aquello que les pasa o lo que obtienen. “He ganado la competición porque he entrenado mucho” o “he mejorado mi marca porque tengo talento y buenas cualidades como deportista”, son ejemplos de pensamientos de una persona con locus de control interno. Cuando yo pienso que soy el causante de aquello que obtengo, me siento con confianza, fuerte, orgulloso… Y eso me da ánimo y me motiva para seguir trabajando con más ganas. El peligro está cuando fracaso y mi conclusión es “yo soy el culpable de todo”, “el equipo ha perdido… si yo no hubiera cometido aquel error…” o “jamás lo conseguiré, yo no puedo hacer nada”. Esto hace dudar nuestra seguridad, nuestros pilares más básicos: nuestra autoestima y capacidad. Si la respuesta es que no me he esforzado lo suficiente… ¡bueno!, ¡aún hay remedio: a trabajar más para la próxima vez!

Tener un locus de control externo puede protegernos en el fracaso (“yo no tuve la culpa”, “hacía muy mal tiempo, normal que la carrera me haya salido mal”, “este árbitro… me ha robado el partido”), pero nos hace irresponsables ante los fallos; nos hace lavarnos las manos y desentendernos. Hay una gran diferencia entre echarse la culpa de todo y no querer saber nada de los fracasos, y está en saber atribuir de forma justa y racional a qué se deben los fallos, sin considerar que los fallos puntuales que hemos tenido nos convierten en un fracaso de persona o deportista. Por otro lado, tener un locus de control externo relacionado con el éxito, tampoco ayuda demasiado, pues siento que si he ganado algo, no se debe ni a mi esfuerzo ni a mi capacidad, sino que he tenido buena suerte o que los rivales que me han tocado eran fáciles. Esto, desde luego, no me ayuda a hacer crecer mi confianza.

¿Cuál es tu tendencia?, ¿con cuál te sientes más identificado? Lo importante no es a que tiendas en el fondo, es que conozcas tu estilo y busques si es el más adecuado para ti, si te ayuda a crecer, ser responsable y conseguir más de aquello por lo que luchas cada día.

Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa

Deja una respuesta

Post relacionados

Qué es la rigidez mental y cómo gestionarla

Qué consecuencias tiene ser rígido mentalmente La rigidez mental es una forma de pensar caracterizada por pensamientos fijos o creencias arraigadas con poco margen de flexibilidad que impiden que nos abramos a nuevas experiencias, ideas y/o cambios, sobre todo los inesperados. Los pensamientos rígidos son una de las características de los pensamientos irracionales, los cuales … saber más

El poder de adaptarse al cambio

Dicen que el éxito depende más de la capacidad de adaptarse al cambio que, a veces, de la persistencia en su máximo extremo. Y a mí esta afirmación me recuerda a lo que pasa en el deporte: uno tiene su estrategia planificada, ha estudiado al rival, sus características, cómo se comporta y de repente… empieza … saber más

Los fantasmas de la concentración.

Cualquier acción, incluso la más sencilla, requiere concentración. Si tenemos la mente puesta en cualquier lugar menos en el que nos encontramos en ese momento, será muy difícil que hagamos con éxito la acción que estemos ejecutando. Da igual que hablemos de fútbol, tenis, natación o incluso de nuestro trabajo o vida diaria; si nuestra … saber más

Para qué sirve la tristeza

Si preguntáramos a nuestros conocidos y amigos cuál es la emoción que menos desean tener y de la que antes quieren desprenderse cuando la sienten, la mayoría de ellos dirían que esa emoción es la tristeza. Es más, tampoco nos gusta verla y es frecuente que cuando nos encontramos a alguien triste, evitemos a esa … saber más

Cómo perder el miedo a cambiar de trabajo

Procesos para perder el miedo. Todos sabemos que lo nuevo siempre genera un poco de miedo, incertidumbre, etc. Por ello, debemos saber que un cambio de trabajo con todo lo que ello implica nos generará seguramente estas emociones. Seguramente aparezca también miedo a no realizar bien el trabajo, “a no dar la talla”, esto se … saber más