Para qué sirve la tristeza

Si preguntáramos a nuestros conocidos y amigos cuál es la emoción que menos desean tener y de la que antes quieren desprenderse cuando la sienten, la mayoría de ellos dirían que esa emoción es la tristeza. Es más, tampoco nos gusta verla y es frecuente que cuando nos encontramos a alguien triste, evitemos a esa persona o sacar el tema motivo de esa emoción.

La tristeza está ligada a la pérdida, de cualquier tipo: un partido, el puesto deseado en la clasificación, una lesión, un compañero al final de temporada o a nuestro entrenador. Por supuesto que existen situaciones de la vida diaria que tanto a nuestros deportistas como a nosotros mismos nos llevan a esa emoción: la pérdida de un ser querido, de la pareja, de un trabajo, de un sueño…

Parece que en la tristeza todo son aspectos negativos. Cuando la sentimos nos quedamos paralizados, no sentimos interés por nuestro deporte, por el entreno, por estar con nuestros compañeros… Parece que toda nuestra atención se centra en la pérdida y en las consecuencias de la misma: en lo importante que eran esos 3 puntos, en lo bien que me hacía sentir mi entrenador, en lo difícil que será recuperarse de esa lesión o volver a conseguir esa medalla. A veces incluso nos sentimos completamente desganados, paralizados y no nos terminamos de creer que esto nos esté sucediendo: comienza la fase de negar la pérdida, quizás después comencemos a sentirnos muy enfadados porque no nos consideramos merecedores de nuestro destino o incluso intentemos negociar nuestra suerte con nosotros mismos o con el destino.

Las teorías de inteligencia emocional dicen que las emociones no son ni buenas ni malas, y por esa regla de tres, la tristeza no es algo que se deba evitar. Y yo lo pienso también.

Cuando nos sentimos tristes nuestro cuerpo hace un stop para que podamos reflexionar sobre aquello que hemos perdido y poder apreciar mejor lo afortunados que éramos. Nos deja asimilar los errores y ser conscientes de los mismos, lo cual es el primer paso para después, enmendarlos. Lo malo es quedarnos en esta fase, en la que lamento, lamento y lamento y me siento tremendamente deprimido. Si un deportista se queda en esta fase no será capaz de enfrentarse a sus próximos retos ni al siguiente partido aportando todo su potencial.

El pasado no se puede cambiar, solo podemos apreciar aquello que tuvimos, sentirnos agradecidos por ello o aprender de los errores para la próxima vez. Dicen que el ayer es historia, y el pasado es incierto, pero que hoy es un regalo. Por eso se llama presente. Debemos centrarnos en el ahora para dar un paso hacia delante y convertir nuestra tristeza en aceptación.

Si tienes alguien a tu lado que se sienta triste, ayúdalo a avanzar, empatiza con él y entiéndelo, hazle sentirse agradecido por lo que tuvo y guíalo para que busque su propias soluciones.
 
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa para IDEAL GRANADA

Deja una respuesta

Post relacionados

El síndrome del autónomo

Del autónomo o del empresario, lo mismo me da. Lo cierto es que en mi consulta encuentro muchas personas en unas condiciones que reúnen lo que he decidido llamar “el síndrome del autónomo”, un conjunto de síntomas y respuestas a la no fácil tarea de tener tu propio negocio. Abogados, asesores, entrenadores personales, dueños de … saber más

Soy una persona tímida o padezco fobia social

¿Qué es la timidez? ¿Cómo es una persona tímida? Coloquialmente, se define timidez como el sentimiento de miedo que hace sentir a una persona insegura e incómoda en determinadas situaciones y que, con una intensidad y frecuencia muy acusadas, puede afectar a sus relaciones interpersonales y limitar un funcionamiento social adecuado. Una persona tímida no … saber más

No sé decir que no

¿Problemas a la hora de decir que no? Serás otro más del 99% de la población que le resulta difícil hacerlo. Y es que rechazar peticiones es una de las habilidades sociales que más trabajo nos cuesta poner en práctica. ¿Por qué nos ocurre esto? La sociedad nos inculca valores y formas de comportamiento que … saber más

Cómo trabajar el miedo a la muerte

El miedo a la muerte puede considerarse como un temor generalizado en la población. Cierto grado de miedo nos beneficia, ya que evita que nos expongamos a situaciones peligrosas e innecesarias. El problema llega cuando el miedo es irracional y persistente, y se extiende a diferentes aspectos de nuestra vida. En ocasiones se denomina “tanatofobia” … saber más

La proeza convertida en hábito.

Nacemos como una tabula rasa y empezamos a aprender. Nuestro talento nos empuja a profundizar sobre aquello que nos resulta curioso o interesante; sobre aquello que de alguna manera se nos da bien. Algunos de nosotros nos orientamos hacia las letras; otros, hacia las ciencias; nos zambullimos en el mundo del fútbol o preferimos el … saber más

Convence

Una imagen vale más que mil palabras y un acto, un millón de ellas; sin embargo, frecuentemente nos encontramos con ocasiones en las que la palabra es la única herramienta que tenemos a nuestra disposición para convencer a los que hay a nuestro alrededor. Una charla motivacional, un negocio, una propuesta, un discurso en nuestro … saber más