La depresión duele, literalmente

Este es un punto en el que suelo hacer mucho hincapié cuando hablo con mis pacientes sobre sus emociones y la diferencia con sus pensamientos.

Siempre les digo: “No solemos ser conscientes de todos los pensamientos que pasan por nuestra cabeza. El pensamiento es fugaz, automático, para ayudarnos a tomar decisiones rápidas; por eso la mayoría de las veces no nos damos cuenta de ellos. Sin embargo, sí que somos conscientes de nuestras emociones, porque duelen. Cuando estás triste, sientes como un peso encima de ti que te paraliza; cuando están enfadado, un fuego interior te quema”.

Y es que cuando sentimos una emoción, se generan cambios físicos en nuestro cuerpo. Estos cambios son los que nos impulsan a actuar. Por este motivo la emoción se llama así: “e-moción” (que en latín significa tendencia de acción). Las emociones nos ayudan a actuar.

Con la depresión, expresión máxime de la tristeza, no iba a ser diferente. Como vimos en el artículo “Depresión. Origen y Mantenimiento”, esta ocurre por la pérdida de un reforzador, de algo positivo en nuestra vida. La función de la tristeza asociada es justo paralizar a nuestro organismo para asumir esa pérdida. Para conseguir esa “parálisis” se generan una serie de cambios en nuestro cuerpo que se asimilan a lo que sentimos cuando nuestro problema es el dolor físico.

5 puntos que comparten el dolor físico y psicológico

  1. En la depresión, al igual que con el dolor físico, hay una serie de cambios a nivel estructural y de neurotransmisores. Especialmente, los niveles de serotonina se ven reducidos. La serotonina es el conocido neurotransmisor de la felicidad. Tanto en el dolor físico como en el emocional los niveles bajan y la persona experimenta los síntomas de apatía (“nada me apetece”) y anhedonia (“no disfruto como antes”) que hacen que la persona deje de hacer actividades agradables (lo cual refuerza aún más la depresión) y reduce su capacidad para sentir placer.

  2. Fatiga o pérdida de energía. Como hemos dicho, la función de la tristeza es asimilar una pérdida. Nuestro cuerpo está en lentecido para reflexionar y tratar de asimilar la misma. En el dolor físico, la lucha es tan continua, que la persona acaba fatigada. Todos hemos experimentado como después de una gripe que nos ha dejado en cama, parece como si hubiésemos corrido un maratón. Estamos literalmente “hechos polvo”.

  3. Problemas de sueño: ambos tipos de dolor dificultan conciliar el sueño, producen sueño ligero o despertares frecuentes. Está demostrado que la falta de sueño, hipersensibliza nuestro cuerpo. Todo nos duele más por la falta de descanso, y además, nos hace verlo todo más negro.

  4. Hiperalgelsia o mayor sensibilidad al dolor. Parece que la base de este síntoma es un funcionamiento defectuoso del tálamo. La persona se vuelve más sensible y percibe las molestias leves como dolorosas. A esto hay que añadirle que tanto en la depresión como en el dolor crónico, la persona suele reducir su foco de atención al dolor, y todos sabemos que cuanta más atención prestamos a algo, más importancia cobra.

  5. Dificultad para concentrarse y hacer nuestras obligaciones: justo por esa focalización de la atención al dolor (físico o emocional), la concentración se ve afectada, la persona no es capaz de centrarse en sus estudios, trabajo, en actividades placenteras… Todo se hace un mundo y parece que hacer cualquier tarea es un mundo. Sientes hasta el cuerpo pesado y en lentecido.

Si en tu caso sientes, que tu tristeza está haciendo que sufras literalmente ese dolor, quizás debes plantearte que tu cuerpo te está diciendo que debes parar, reflexionar sobre la pérdida y superarla. Si no te ves capaz de superarla por ti mismo, estamos aquí para ayudarte.

Zoraida Rodríguez Vílchez

www.zrpsicologos.es

Deja una respuesta

Post relacionados

10 películas recomendadas para estudiantes de psicología

Una mente maravillosa Esta película es buen ejemplo para observar los diferentes síntomas de la esquixofrenía, el impacto que tiene en la vida del paciente y en su entrono.  Narra la historia de John Nash, ganador del premio Nobel de Economía en 1994, y cómo desde su juventud la enfermedad comienza a aparecer y dejarle … saber más

No es amor si...

Desde niños nos han vendido el amor como un cuento de hadas, algo a lo que todos debemos aspirar para ser felices, el sueño de toda princesa que encuentra a su príncipe azul y comen perdices. Además, el refranero popular ayuda bastante a consolidar la idea de que quedarse soltero no es una opción muy … saber más

¿Huyes o avanzas?

Dicen que las dificultades que nos encontramos en nuestro camino nos preparan para destinos extraordinarios. Pero eso será, si realmente nos enfrentamos a ellas, porque está claro que no todas las personas las encaramos ni lo hacemos siempre de la misma forma. Ante una dificultad existen, en general, cinco formas de actuar. La primera de … saber más

Influencia de los demás en la mejora o empora del rendimiento

Un ciclista corre más acompañado, que en solitario. Un runner no deja de ir a correr si tiene un grupo con el que queda cada mañana. La presencia de otras personas puede aumentar y mejorar el rendimiento. Solemos dar más de nosotros cuando hay alguien mirando. Este fenómeno se conoce como facilitación social. Este hecho … saber más

El líder pedagógico

¿Deben los líderes cultivar sus competencias pedagógicas? Para mí, la respuesta, sin lugar a dudas, es SI. Todo entrenador, sea del deporte o nivel que sea, transmite a sus deportistas una técnica concreta, una táctica para la competición, e incluso, la actitud que se ha de mostrar en el terreno de juego. A todos nos … saber más

Beneficios psicológicos del running. Planeta Running.

“He corrido desde que era niño… Es la pasión de mi vida. Ir tan lejos como se pueda; lo he convertido en un deporte. No hay otro secreto. Sin correr no podría vivir.” Waldemar Cierpinski, 1980 La naturaleza del hombre, desde que el hombre habitaba en las cavernas, le pide correr. Nuestro físico está muscularmente … saber más