No sé decir que no

¿Problemas a la hora de decir que no? Serás otro más del 99% de la población que le resulta difícil hacerlo. Y es que rechazar peticiones es una de las habilidades sociales que más trabajo nos cuesta poner en práctica. ¿Por qué nos ocurre esto? La sociedad nos inculca valores y formas de comportamiento que nos dejan muchas veces en segundo lugar, que ponen por encima las necesidades o deseos de los demás y dificultan que abramos bien la boca y digamos lo que realmente deseamos: ¡NO!

A la mayoría de nosotros nos han inculcado en casa, en el deporte o el colegio que hay que ser buenos con los demás, ayudarlos en lo que podamos o prestar nuestras cosas. Qué trabajo nos costaba, ¿eh? Pero si no lo hacíamos éramos regañados o incluso etiquetados como “egoístas” o “malos compañeros”. Entonces cedíamos, a pesar de que no queríamos. Era lo que se esperaba de nosotros. Y en ese momento… “¡muy bien, buen chico!”. Éramos reforzados. El valor de ayudar a los demás en sí es un gran valor. En el fondo es necesario porque de pequeños somos bastante egoístas, la verdad: pensamos solo en nosotros mismos y en nuestro placer inmediato. ¿Cómo lo aprenderíamos si no nos lo enseñaran? Esto sería una jungla en la que el lema oficial rezaría “sálvese quien pueda”. El problema viene cuando siempre anteponemos a los demás por encima de nuestras necesidades. Llevamos el valor al extremo.

Pero no le vamos a echar toda la culpa a la sociedad, que nosotros también contribuimos a no saber ponernos en nuestro sitio. Tendemos a racionalizar y quitar importancia a nuestras necesidades (“no, si no me importa tanto hacerlo”, “en el fondo no me cuesta trabajo”) o al revés, a ser un poco irracionales y ver donde no hay (“¿cómo le voy a decir que no?”, “¿qué va a pensar de mi?, creerá que soy un egoísta”, “si digo que no se enfadarán conmigo y me quedaré solo”, etc.).

No saber decir que no trae grandes problemas a la persona que lo sufre. Siempre está haciendo cosas que no le apetece y se siente utilizado porque, señores, admitámoslo: cuando tenemos cerca a una persona que siempre dice que sí, al final tiramos de ella hasta límites insospechados. Le pedimos un pequeño favor y nos dice que sí; otro mayor, y también; hasta que al final se convierte en un “pídeselo a Manolo, es más bueno… ¡El chaval te ayuda en todo!”. Lo malo es cuando, encima, somos unos aprovechados y nos vamos creciendo pensando que tenemos derecho a todo porque no nos han negado nada de lo que pedimos. Al final la persona se siente pequeñita, con una autoestima bien bajita.

Aprender a decir que no está en tu mano y es tu derecho. Al principio cuesta, hay que trabajar y negociar mucho con uno mismo para atreverse a dar el primer paso y darse cuenta de que al final, las consecuencias no eran tan terribles.

 
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa

Deja una respuesta

Post relacionados

Bullying: ¿Cómo identificamos las señales?

El bullying o acoso escolar es toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que realiza un estudiante contra otro de manera reiterada a lo largo del tiempo. Es una acción negativa, que se produce de manera intencionada y que causa daño en la persona recibe este maltrato. Es un fenómeno cada vez más frecuente, … saber más

Motivar no es dar premios

Muchos entrenadores se estrujan las ideas para averiguar cómo motivar a sus deportistas y sacar lo mejor de ellos. Está claro que una persona motivada rinde mucho más que uno que no lo está y que compite con desidia o por inercia. Pero no todo vale en términos de motivación. Motivación no es tener ganas … saber más

No te compares con los demás

Que el deporte es resultadista, lo sabemos todos. Que al final todo lo que suena es si has ganado o perdido, también. El puesto en el que has quedado, la posición en la clasificación, o el tiempo que has conseguido es lo único que se tiene en cuenta para futuras competiciones, para pasar los cortes, … saber más

Respiración abdominal para controlar el estrés

El arousal, el nivel de activación que tiene mi cuerpo a la hora de competir, fue el tema que tratamos la semana pasada. Es frecuente que ante una situación tan importante para nosotros, nuestra activación aumente más de la cuenta. La respiración abdominal es una de las estrategias que puedes utilizar para regular esta activación … saber más