La proeza convertida en hábito.

Nacemos como una tabula rasa y empezamos a aprender. Nuestro talento nos empuja a profundizar sobre aquello que nos resulta curioso o interesante; sobre aquello que de alguna manera se nos da bien. Algunos de nosotros nos orientamos hacia las letras; otros, hacia las ciencias; nos zambullimos en el mundo del fútbol o preferimos el baloncesto. Y comenzamos a aprender, a practicar y a crecer.

¿Recordáis la primera vez que cogisteis un balón? ¿O que montasteis en bicicleta? Menudo desastre… Caídas, pérdida de balones… ¿Cómo de lejos habéis mandado la pelota jugando al tenis las primeras veces? Pero algo nos empuja a continuar y un día, ¡por fin!, somos capaces de mantener el equilibrio y rodar calle abajo. Ese día nos sentimos… ¡los reyes del mundo! ¿Recuerdas el sentimiento de grandeza cuando tras horas de esfuerzo por fin alcanzaste tu objetivo y conseguiste lo que te pedía tu entrenador o tu maestro? Esa sensación es tan poderosa que nos mantiene en nuestra labor y ahora somos capaces de hacer un control perfecto de balón y meterla por toda la escuadra, hacer la mejor marca del club en la contrarreloj o romper el saque al rival con facilidad.  Convertimos lo que fue una gran proeza en un hábito. Y así debe de ser si nuestra finalidad es crecer y mejorar. Aprendemos cada vez movimientos más difíciles y técnicas más complejas. ¿No nos pasa también esto en nuestra vida diaria? Avanzamos y nos convertimos en grandes personas y grandes profesionales.

El problema de ir consiguiendo nuestros objetivos es cuando dejamos de valorar los pequeños logros de cada día. Nos acostumbramos a ellos y no les damos importancia. Si os preguntara, ¿qué habéis conseguido hoy?, ¿de qué estáis orgullosos? Seguro que no me diríais: “he tenido una reunión y lo he hecho fenomenal” o “he entrenado y completado todo el circuito que tocaba hoy”. Valoramos nuestro día a día como… “es lo normal, mi rutina…”. ¡Error!

La vida no está llena de grandes hazañas, no subiremos al Everest por primera vez cada semana, pero ¿eso nos debe quitar valor?, ¿debemos dejar de dar importancia a nuestra rutina? Si lo hacemos así, cada día será monótono y no percibiremos que somos buenos en lo que hacemos. Cada día te levantas y decides ir al trabajo, entrenar al máximo y aprender pequeñas habilidades que te hacen aún mejor. No esperes ni te permitas darte la palmadita en la espalda solo por conseguir grandes retos. Los retos se consiguen porque cada día decides continuar, y no siempre es fácil. Los retos se consiguen porque no te conformas, porque valoras cada pequeña cosa que haces, y si dejaras de hacerlo, de entrenar dándolo todo, la gran proeza nunca llegaría. Llegar es fácil, lo difícil mantenerse y depende de nosotros volver a sentirnos como los reyes del mundo cada día, como grandes personas, deportistas o profesionales que no se conforman. Así que en vez de conformarte con que tus proezas se conviertan en hábitos, ¡valora tus hábitos como grandes proezas!

 
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Post relacionados

Padres, hijos y alimentación saludables.

Este pasado domingo se ha iniciado la tercera edición de la Copa Covap. Comenzando en Córdoba y recorriendo todas las provincias de Andalucía, el torneo pretende fomentar hábitos de vida saludables en los niños, haciendo especial hincapié en la práctica del deporte y ejercicio físico y en la alimentación saludable. Este año me toca la … saber más

¿Problemas de comunicación en la pareja? Te contamos cómo ahuyentarlos.

La mayoría de los problemas de comunicación en la pareja se deben a dos motivos principales: Los problemas derivados de la comunicación en sí, sea con nuestra pareja o no. El desgaste de la relación que empeora aún más la comunicación que haya.   Los problemas derivados de la comunicación en sí, sea con nuestra … saber más

Cómo perder el miedo a cambiar de trabajo

Procesos para perder el miedo. Todos sabemos que lo nuevo siempre genera un poco de miedo, incertidumbre, etc. Por ello, debemos saber que un cambio de trabajo con todo lo que ello implica nos generará seguramente estas emociones. Seguramente aparezca también miedo a no realizar bien el trabajo, “a no dar la talla”, esto se … saber más

La desventaja de ser humano

Llorar es una explosión emocional, consecuencia del estrés, la presión, la impotencia y la tristeza. El cóctel molotov que sufrió ayer Federer. Figura dónde las haya, moderado, controlado, haciendo gala de suizo, siempre comedido, un ejemplo de humildad y prudencia para los chavales. Pero ayer afloró el factor humano. Federer es humano, y no la … saber más

Comunicación eficaz.

Nos comunicamos todos los días pero pocos son los que nos paramos a pensar lo que significa verdaderamente. Nos han contado mil veces el esquema que indica que la comunicación es un proceso en el que un emisor (quien quiere decir algo) emite un mensaje, a través de un canal (por escrito, a viva voz…) … saber más

Cómo ayudar/motivar a mi hijo a venir a terapia

Ser padre y/o madre no es una tarea fácil, de eso no cabe duda: nadie nos enseña cuándo, dónde, qué y cómo. La realidad es que ser padre/madre implica estar inmerso en el método ensayo-error, donde debes ir poco a poco descubriendo sus necesidades y la forma de suplirlas. No obstante, hay veces que una … saber más