Cómo reconocer los síntomas de un trauma no superado - Centro de psicología Zoraida Rodríguez

Cómo reconocer los síntomas de un trauma no superado

¿Qué es un trauma?

Un trauma hace referencia a una experiencia emocionalmente impactante que hayas vivenciado, pero que no hayas podido procesar e integrar con normalidad dentro de tu historia vital porque te ha hecho sentir especialmente amenazado a nivel físico o psicológico.

Algunos ejemplos de experiencias que pueden ocasionar traumas son:

  • Accidentes de tráfico.
  • Sufrir violencia física y/o psíquica (p. ej., violación, agresión sexual, ataque físico, maltrato, robo, atraco, etc.).
  • Ser cogido como rehén o prisionero.
  • Catástrofes naturales (p. ej., terremoto, tsunami, desprendimientos, etc.) o de origen humano (guerras, terrorismo, etc.).
  • Ser diagnosticado de una enfermedad potencialmente mortal.

Tipos de trauma

Diferenciamos entre 5 tipos de traumas:

  • Trauma agudo: se da tras un único evento amenazante.
  • Trauma crónico: se da tras la exposición repetida a un evento amenazante (p. ej., abusos).
  • Trauma complejo: se da tras la exposición a múltiples eventos amenazantes de diversa índole.
  • Trauma intergeneracional: se da tras recibir información de eventos amenazantes ocurridos en el pasado de la familia.
  • Trauma vicario: se da tras ser testigo de un evento amenazante que le ha sucedido a otra persona.

Características de un trauma no superado

Es muy común que la gente que ha vivido un hecho traumático se sienta desconsolada, deprimida, ansiosa, culpable o enfadada tras ello, pero además de estas reacciones emocionales comprensibles, existen 3 tipos principales de síntomas:

  • Aumento del nivel de activación o arousal: la persona se encuentra en una especie de alerta gran cantidad de tiempo, como si estuviera buscando o esperando que algo malo suceda. Esto se manifiesta en forma de hipervigilancia, irritabilidad (p. ej., estar a la defensiva), nerviosismo, incapacidad para relajarse, problemas para dormir, aumento de la frecuencia cardíaca, de la respiración, sudoración, etc.
  • Re-experimentación del suceso amenazante a través de:
    • Pesadillas: revivir la experiencia traumática en sueños.
    • Pensamientos intrusivos: pensamientos no deseados relacionados con el trauma que impiden prestar atención a cualquier otro elemento.
    • Flashbacks: revivir la experiencia traumática a través de la intrusión de imágenes vívidas que hacen perder el contacto con la realidad, como si se estuviera vivenciando nuevamente.
  • Síntomas de evitación y bloqueo emocional: los síntomas de evitación pueden ir desde intentar mantener la mente ocupada en un hobby, trabajando muy duro, etc., hasta evitar los lugares y las personas que nos recuerdan el trauma, evitar hablar de lo sucedido, etc. Por otro lado, para intentar lidiar con el dolor que se siente, tratamos de no sentir nada en absoluto, consiguiendo casi una insensibilidad emocional. Esto es lo que se llama bloqueo emocional, entendido como una especie de anestesia emocional que impide el sufrimiento, pero que también bloquea las emociones positivas (p. ej., incapacidad de disfrutar de relaciones íntimas, menos interés en actividades sociales, sentimientos de desapego, etc.).

Tratamientos psicológicos eficaces para el trauma

Solo podremos considerar que hemos superado nuestra experiencia traumática cuando seamos capaces de pensar en ella sin angustiarnos, además de cuando seamos capaces de no sentirnos constantemente amenazados y en alerta.

Hay diversos enfoques dentro del tratamiento terapéutico de los traumas, pero sea cual sea la metodología de cada enfoque, siempre se resumen a un solo objetivo: ayudar al cerebro a procesar lo sucedido.

Los enfoques terapéuticos más eficaces son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC).
  • Terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR).
  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT).
  • Terapia psicodinámica.

Saray Sánchez Pedraza.
Psicóloga General Sanitaria en Zoraida Rodríguez Centro de Psicología.

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