Balonmano: Un juego de equipo, una mente de equipo

La mejor manera de hacer grande a un equipo es hacerte grande tú mismo. Repetimos esa frase cientos de veces a todos los deportistas con los que trabajamos. El equipo se nutre de nuestras individualidades, sin ellas, no hay equipo. Si aportamos con nuestro talento pata negra al equipo, tendremos un juego de lujo. Si por el contrario, dejamos oculto nuestro talento, y no le sacamos el máximo rendimiento, el equipo estará cojo, falto de calidad.

La mejor manera de hacer grande a un equipo es hacerte grande tú mismo. Repetimos esa frase cientos de veces a todos los deportistas con los que trabajamos. El equipo se nutre de nuestras individualidades, sin ellas, no hay equipo. Si aportamos con nuestro talento pata negra al equipo, tendremos un juego de lujo. Si por el contrario, dejamos oculto nuestro talento, y no le sacamos el máximo rendimiento, el equipo estará cojo, falto de calidad.

En todos los deportes de equipo, la variable que lo diferencia del deporte individual, y lo que lo hace tan atractivo, es esa lucha conjunta, ese ir a muerte, ese sentirse partícipe de un proyecto, la misma alma, los mismos objetivos, el mismo éxito… pero también los fracasos compartidos.

Cuando intervenimos a través de la psicología deportiva en un deporte de equipo, hay que trabajar primero a nivel individual, de tal forma que el talento individual de cada uno, lo que ese jugador aporta al grupo, sea una constante, sea algo regular, alguien con quien siempre se puede contar de la misma manera. Llega un momento en el que a igualdad de condiciones físicas, técnicas y tácticas, lo que diferencia a un jugador de otro, a un equipo de otro, es su MENTALIDAD. La mentalidad está en la cabeza, en la capacidad para concentrarse, para luchar al máximo, para estar mentalizado. La cabeza es la dueña de nuestros pensamientos, que son los responsables de las emociones como la ansiedad, la presión, el esfuerzo por remontar, por no tirar la toalla. De hecho, todos hemos comprobado que en numerosas ocasiones un equipo o deportista inferior a otro ha ganado por la mentalidad positiva que ha tenido. El control de variables psicológicas que torpedean el rendimiento deportivo como la ansiedad, una activación inadecuada, los pensamientos irracionales u obsesivos o una mentalidad perdedora pueden echar por tierra todo el esfuerzo invertido en el trabajo de los entrenamientos.

En el balonmano, como juego de equipo, necesitamos que cada uno de nuestros jugadores controlen esas variables y potencien otras que ayuden a maximizar la eficacia. Cuando queremos sacar rendimiento a un equipo, necesitamos empezar a sacar lo mejor de cada uno de nuestros jugadores. Todos deben sumar. Cuando todos rinden al cien por cien, el resultado no es la suma de los siete jugadores que tenemos en el campo, el resultado es siete más uno: cada jugador y el gran equipo que formamos. Desde la psicología deportiva debemos intentar salvar una situación inevitable en los juegos de equipo: la difusión de la responsabilidad. Cuando el resultado depende de todos es fácil delegar el error en los otros, pensar que no todo depende de uno mismo, esperar a que el compañero actúe por ti y en esos momentos, ya no somos ni siete en el terreno de juego.

El entrenador juega el papel fundamental en el desarrollo del equipo, pero no siempre puede o debe tomar posturas cercanas y comprensivas con los jugadores. Su autoridad y figura se pueden ver perjudicadas. Es el psicólogo deportivo el que, trabajando mano a mano con el cuerpo técnico, debe asumir estas funciones, controlando aquellas variables que torpedeen la eficacia y el espíritu de equipo y potenciando todas aquellas variables que multiplican el talento natural del jugador.

Zoraida Rodríguez Vílchez

 

Para descargar el artículo completo en pdf, pincha aquí:

 

 

Post relacionados

Diabetes, deporte y psicología

Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, la semana pasada se han celebrado diferentes actos para concienciar y promover hábitos de vida saludables en los pacientes de diabetes. Este año además, se ha hincapié en la importancia del deporte. La diabetes es una enfermedad crónica que sorprende a mayores y niños y produce un … saber más

Entrenando a un coach. Industria del Tenis

 Tu pasión: el tenis. Tu sueño: entrenar jóvenes tenistas. Los pilares para ello: tu amplio conocimiento sobre este deporte. El as bajo tu manga: tu ilusión. Pero, ¿cuál es el secreto para sacar todo el rendimiento de ellos? No solo podemos saber de tenis. No podemos olvidar que estamos tratando con personas y personas es … saber más

Motivación positiva versus motivación negativa

Todos creemos que hay una sola forma de motivación y esa es la positiva. Hablamos de que los jugadores no están motivados o de que tal o cual entrenador es un buen motivador porque pone un vídeo inspirador o da un gran discurso. La motivación va mucho más allá y tiene múltiples formas, incluso la … saber más

Aunque tengas miedo, ¡hazlo!

Este artículo, comienza recordando a Karl Wallenda, famoso equilibrista que murió a los 73 años de edad cuando cruzaba un alambre tendido entre dos edificios a 37 metros de altura. Se dice, que Wallenda destacaba por su seguridad y confianza en su habilidad como acróbata, pues realizaba sus hazañas sin red que le protegiera de … saber más

No te arrepientas por no intentarlo

Personalmente, creo que merece más la pena decir que por ti no quedó, que quedarte con la duda de qué hubiera pasado si lo hubieses intentando. Hoy, San Valentín, me da mucho juego para reflexionar sobre este tema. Son muchas las personas que acuden a mi consulta con problemas de pareja, o enamorados aún de … saber más

Concentración y atención en el deporte

La concentración, descrita en términos sencillos, es la capacidad de mantener la atención durante el tiempo necesario y de prestar atención a la información relevante, ignorando los estímulos irrelevantes y perturbadores.   Si realmente queremos estar concentrados durante una competición, tenemos que tener saber qué tipo de atención es la más adecuada en cada momento. … saber más