Emociones: podemos elegir

Este fin de semana he empezado otro año más en la Copa Covap, en la que cuentan conmigo como psicóloga deportiva para trabajar con los jóvenes deportistas y ayudarles a mejorar su rendimiento deportivo a través de la psicología.

En esta ocasión el tema que trato con ellos son las emociones en el deporte. No podemos obviar que deportistas de alto rendimiento o de base, al final somos personas que pensamos, sentimos y nos comportamos. Nuestros tres pilares básicos. Hemos hablado en numerosos artículos de la influencia de nuestros pensamientos en aquello que sentimos, pues estos primeros determinan estos segundos; al igual que en el artículo “No evites tus emociones”, tratamos qué función tiene cada emoción. Recordemos que todas las emociones sirven para algo, no son ni buenas ni malas, todas nos ayudar a reaccionar ante las situaciones, empujando a mi cuerpo a comportarnos de una determinada forma. Así, la tristeza me para para reflexionar sobre algo que he perdido o la ira me prepara para luchar contra aquello que amenaza la consecución de mis objetivos.

La palabra emoción, viene del latín “e” y “movere” que significa “movimiento hacia”. Es decir, la emoción me mueve, empuja, para que mi cuerpo reaccione de una determinada manera. Y aquí viene lo importante que hoy os quiero transmitir: que me empuje no significa que me obligue. Cuando me enfado quizás lo normal es que tendamos a gritar o a pelearnos con el que nos produce esa ira, pero en el fondo sabemos que tenemos la capacidad, la opción, de hablar bajito, o de no entrar en una guerra. Esto es maravilloso, pues hasta ahora quizás nos hemos sentimos arrastrados por lo que las emociones nos empujan a hacer, aplastados por un determinismo del que no podíamos escapar. Cuántas veces habré oído en consulta de bocas de entrenadores: “no puedo evitar gritarle a pleno pulmón si veo que no cumplen con su entrenamiento”; de los labios de grandes deportistas: “¿cómo voy a escapar de esta pena si he perdido esta oportunidad tan importante?”; o de parejas: “me enfado porque él/ella no deja de tirarme pullitas”. Señores, podemos elegir. Tenemos control y eso es grandioso, porque como dice un famoso anuncio de neumáticos: “la  potencia sin control no sirve de nada”. No sirve de nada que me deje llevar por una emoción cuando lo que va a ocurrir a continuación no me trae nada bueno; cuando lo que está ocurriendo es que mis emociones se han disparado o cuando, incluso, estoy sintiendo emociones que no debería sentir. Debemos, tenemos la responsabilidad de gestionar nuestras emociones, buscando aquellas (y la intensidad de éstas) que me ayuden a comportarme de la forma más eficaz. Así, si un árbitro me pita una falta injusta, lo lógico es que sienta ira, cuya tendencia de acción es pelear. Puedo ir a protestar, en un intento de hacerle cambiar de opinión, pero si mis formas me pierden o termino liando una pelea con el equipo rival, terminarán echándome. Quizás redirigir esa ira a una intensidad alta en el partido, que me haga dejarme la piel y pelear por lo que es mío (el partido) sea más eficaz.

Pues igual nos ocurre en nuestro trabajo, con nuestra pareja, con el comentario inapropiado de la vecina o simplemente porque hoy me he levantado con el día algo torcido.

Insisto en que tenemos la opción, y más aún la responsabilidad de elegir qué sentir en cada situación, solo hay que saber cómo hacerlo.
Zoraida Rodríguez Vílchez
www.zrpsicologos.es
@ZoriPsicologa para IDEAL Granada

Deja una respuesta

Post relacionados

Cómo reconocer los síntomas de un trauma no superado

¿Qué es un trauma? Un trauma hace referencia a una experiencia emocionalmente impactante que hayas vivenciado, pero que no hayas podido procesar e integrar con normalidad dentro de tu historia vital porque te ha hecho sentir especialmente amenazado a nivel físico o psicológico. Algunos ejemplos de experiencias que pueden ocasionar traumas son: Tipos de trauma … saber más

Superar una ruptura de pareja

Todas las parejas pasan por periodos de crisis, momentos en los que el número de conflictos aumentan o las discusiones se llenan de intensidad. La rutina va haciendo sus estragos, las obligaciones, los hijos… hacen que la pareja deje de pasar momentos juntos y compartir experiencias. Dejan a la pareja, fuera de la pareja. Hay … saber más

Autolesiones en adolescentes, cómo ayudarles

La adolescencia es un periodo de transición, algunas veces difícil, marcado por cambios físicos, emocionales y sociales que pueden suponer un gran desafío para los adolescentes y la propia familia. Uno de los problemas más preocupantes son las autolesiones. Aunque no se trata de un problema bastante frecuente, debido a la gravedad, dejamos en este … saber más

Bullying: ¿Cómo identificamos las señales?

El bullying o acoso escolar es toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que realiza un estudiante contra otro de manera reiterada a lo largo del tiempo. Es una acción negativa, que se produce de manera intencionada y que causa daño en la persona recibe este maltrato. Es un fenómeno cada vez más frecuente, … saber más

Aunque tengas miedo, ¡hazlo!

Este artículo, comienza recordando a Karl Wallenda, famoso equilibrista que murió a los 73 años de edad cuando cruzaba un alambre tendido entre dos edificios a 37 metros de altura. Se dice, que Wallenda destacaba por su seguridad y confianza en su habilidad como acróbata, pues realizaba sus hazañas sin red que le protegiera de … saber más

¿Qué son los padres tóxicos?

Nos han inculcado que tus padres son las personas que más te quieren en este mundo, que siempre te cuidarán y jamás te harán daño. Hemos crecido con la idea de que les debemos la vida y que debemos estar agradecidos a ellos siempre, pese a todo… a todo… Pero, ¿qué ocurre si yo siento … saber más