Lo quiero hacer tan bien, que fallo

Esta es una de las frases que más escucho a los deportistas que acuden a mi consulta. Y es que es curioso cómo las ganas de hacer las cosas bien en la competición, al final juegan en nuestra contra.

Jugadores de fútbol que por fin tienen una oportunidad tras estar sentados en el banquillo, o incluso cuando la están buscando; niños y niñas que quieres satisfacer las expectativas de sus padres o entrenadores; o jóvenes promesas que saben que de sus resultados dependerá su carrera deportiva.

¿Por qué ocurre esto? Varias son las razones:

  • Expectativas demasiado altas: el jugador quiere hacer competir de forma perfecta. No se tolera un fallo, e incluso se exige más de lo que su capacidad le permite dar. Si está en formación; aún le quedan cosas que aprender. Si ha estado parado, volver a engrasar la máquina lleva su tiempo.
  • Búsqueda de aprobación externa: el deportista está más centrado en complacer a los demás que en disfrutar de su deporte, en demostrarse a sí mismo que vale y en volver a ser el jugador que era.
  • Pensamientos negativos: que sólo hacen que nos centremos en lo negativo, que estemos pendiente de cada fallo, de maximizar lo que va mal…
  • Exceso de ansiedad: el deportista está percibiendo la situación como amenazadora, superior a sus capacidades y eso se traduce una ansiedad tan elevada que a veces, incluso, paraliza.
  • Falta de confianza: en el fondo, el jugador no reconoce sus capacidades. Las tiene olvidadas de “no usarlas” o no cree realmente que sea tan bueno como los demás lo ven.

Si este es tu caso, si tienes una competición importante y ves que el miedo a fallar, que la necesidad de hacerlo bien, te van a pasar factura, sigue estos consejos.

  • Busca formas de bajar tu nivel de ansiedad: usa alguna técnica de relajación, verás que bien te va.
  • Se realista al ponerte tus objetivos y al evaluártelos: si has estado parado, no seas tan exigente contigo, ya sé que tienes ganas de jugar y volver a recuperar tu sitio, pero las prisas no son buenas. Ponte objetivos diarios en tu entrenamiento, ahí estará puesta tu atención y no en ganarte al Míster. Después evalúalos de forma objetiva, reconociendo tus méritos y avances y detectando tus errores para convertirlos en nuevos objetivos.
  • Haz las cosas por ti, no por los demás. Cuando dejas de luchar por ti, pierdes tu destino.
  • Confía en tus habilidades. Lo demuestras cada día en los entrenos, recuerda tus pruebas de realidad, las proezas que has alcanzado y tus objetivos diarios.

Zoraida Rodríguez Vílchez
www.zrpsicologos.es
@ZoriPsicologa para IDEAL Granada

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