Miedo a dormir solo en niños: cómo ayudarles a superarlo

Miedo a dormir solo en niños: cómo ayudarles a superarlo

¿Es normal que los niños tengan miedo a dormir solos o a la oscuridad?

El miedo a la oscuridad o a dormir solo forma parte del desarrollo normal de los niños. Se trata de un miedo muy común durante la primera infancia, principalmente entre los 4 y los 6 años.

¿Cuándo el miedo infantil deja de ser normal? Señales de alarma

Los niños experimentan miedos variados a lo largo de toda la infancia. La mayoría son pasajeros, con una intensidad moderada y propios de una edad determinada. Es normal que los niños de muy corta edad tengan miedo a los desconocidos o que sus miedos estén llenos de seres imaginarios y fantasiosos. Normalmente los miedos infantiles comienzan a disminuir a partir de los 9 años.

Es importante que entendamos el miedo como una emoción con una función: protegernos. El miedo hace que evitemos correr riesgos innecesarios, de ahí que comencemos a experimentar miedo desde una edad muy temprana. Aún así, el miedo puede llegar a convertirse en un problema y llamarse fobia cuando…

  • Es desproporcionado, ya sea porque el objeto que temen es inofensivo o porque su reacción ante el objeto temido sea excesiva.
  • Sea inadaptado, es decir, cuando el miedo repercute negativamente en la vida del niño y en la familia. El miedo es tan intenso que impide que el niño desarrolle su propia autonomía, así como el aprendizaje de habilidades de afrontamiento de las situaciones que generan miedo.

Principales causas del miedo a dormir solos en los niños

La adquisición del miedo a dormir se obtiene por aprendizaje, aunque pueden intervenir diversos procesos de aprendizaje:

  • Observación. El niño o la niña aprende a temer a la oscuridad a través de otras personas que sirven como modelo. Muchas veces, un hermano con miedo a la oscuridad o la reacción de los padres cuando se encuentran a oscuras hace que los niños comiencen a interpretar la oscuridad como un estímulo peligroso que es mejor evitar. 
  • Transmisión de información. Otras veces el miedo a la oscuridad se genera cuando los pequeños reciben información que asocia el estar a oscuras con el peligro, como historias las historias de terror que le puedan trasmitir sus iguales en el colegio.
  • Por asociación. Por ejemplo, vivir un apagón, quedarse a solas en la oscuridad, recibir un susto con la luz apagada… Este tipo de situaciones, estresantes para los más pequeños pueden contribuir a que se adquiera una fobia a la oscuridad, especialmente si el suceso ha tenido un gran impacto en ellos.
  • Por los beneficios secundarios. Nos referimos a pautas de conducta que influyen en el mantenimiento del problema. Para niños con miedo a la oscuridad, el momento de ir a la cama es especialmente aversivo. En estos casos, la reacción de los padres es crucial. Si ceden rápidamente a las exigencias y rabietas de los pequeños, si actúan de forma excesivamente permisiva retrasando el momento de ir a dormir o permitiendo que vayan a la cama con ellos, el problema se va a mantener. Por un lado, el niño va a seguir comportándose de la misma manera por los beneficios que obtiene aunque, por otro lado, no está aprendiendo a afrontar adecuadamente la situación.

¿Qué NO hacer cuando tu hijo tiene miedo por la noche?

  • No obligues a tu hijo a exponerse a su miedo de golpe. La reacción de miedo intenso que vamos a generar es probable que aumente su miedo a la oscuridad y que la resistencia a dormir solo sea mayor.
  • No le hagas sentir que su miedo es ridículo. Valida sus sentimientos en lugar de burlarte o minimizarlo. Nuestra intención es acompañarlos para que aprendan a gestionar su miedo.
  • No uses castigos o amenazas. Esto puede generar más inseguridad y miedo, además es injusto puesto que estamos dando por supuesto que ellos son capaces de controlar su miedo, cuando rara vez es así. Tenemos que conseguir que se expongan a estar a oscuras, para que puedan aprender que nada malo ocurra, pero no pueden controlar su miedo a priori.
  • No cambies la rutina de golpe. Si está acostumbrado a dormir contigo, un cambio brusco va a conseguir que el miedo sea mayo. Es mejor introducir los cambios poco a poco.
  • No lo compares con otros niños. Cada uno tiene su propio ritmo para superar sus miedos
  • No le mientas. No le digas que no pasa nada si en realidad está muy asustado; mejor acompáñale y ayúdale a tranquilizarse.
  • Evita las reacciones airadas y el enfado por tu parte. Solo van a aumentar la frustración y el miedo en ellos.

¿Qué hacer para ayudar a tu hijo a superar el miedo a dormir solo?

  • Mantén una rutina nocturna tranquila y predecible. Establecer una rutina antes de dormir ayuda a que el niño se sienta seguro y preparado para descansar. Puedes incluir actividades como un baño tibio, leer un cuento, escuchar música relajante o ayudarle a practicar una estrategia de relajación sencilla. La repetición de estos pasos crea un ambiente de calma y confianza.
  • Usa una luz nocturna suave y ajustable. Una luz tenue puede aliviar el miedo a la oscuridad sin perturbar el sueño. Puedes utilizarla como apoyo para que el niño pase más fácilmente a dormir solo en su habitación. 
  • Explica de manera sencilla que la oscuridad no es peligrosa. Usando un lenguaje adaptado a su edad, explícale que la noche y el día son partes naturales del ciclo día y noche, y que no hay nada que temer.
  • Haz que la habitación sea un lugar acogedor y seguro. Mantén el espacio ordenador y sin objetos que puedan asustar o distraer demasiado. La habitación debe ser un refugio donde el niño se sienta cómodo y protegido, con una temperatura agradable y sin ruidos fuertes.
  • Durante el día, realizad juegos que le ayuden a exponerse a la oscuridad. Juegos tradicionales como la “gallinita ciega”, el escondite, la búsqueda del tesoro o jugar a hacer “sombras chinescas”, puede ayudarnos a desasociar el estar a oscuras con una situación de peligro
  • Sé paciente, constante y empático. Superar el miedo a la oscuridad lleva tiempo. Es importante que mantengas una actitud comprensiva, celebrando cada pequeño avance, aunque todavía no se haya conseguido el objetivo final. Evita mostrar tu frustración cuando haya algún pequeño retroceso, suelen ser parte del nuevo aprendizaje.
  • Refuerza su valentía con elogios y apoyo. Reconoce sus esfuerzos y logros, por pequeños que sean. De esta manera ayudamos a fortalecer su autoestima y le motivamos a que siga enfrentando sus miedos.
  • Estableced una jerarquía donde vaya exponiéndose gradualmente. Normalmente, este es un trabajo se lleva a cabo dentro de la consulta psicológica. Se establece una jerarquía donde progresivamente el niño se va exponiendo a situaciones cada vez más difíciles. Antes de que el niño se exponga a dormir a oscuras y solo en su habitación, se expone a otras situaciones que, aunque generan miedo, son más fáciles de superar para ellos, ayudándoles a que se sientan capaces de enfrentar la situación más difícil: dormir solos.

¿Cuándo acudir a un psicólogo infantil?

Como hemos comentado anteriormente, estos problemas desaparecen muchas veces por si solos. En casos, en los que el miedo es muy intenso y limitante para el niño y la familia, lo mejor es acudir a un profesional de la psicología que ayude tanto a la familia como al pequeño.

Ana Soria

Psicóloga Sanitaria en Zoraida Rodríguez Centro de Psicología 

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